martes, 24 de septiembre de 2013

¿Cómo funcionan los negocios cristianos?

Un negocio cristiano es aquél que está dirigido por una persona cristiana, el cual refleja los principios del dueño del negocio. Entre mejor dominio tenga la persona, su negocio proyectará mucho más sus principios espirituales y podrá poner en práctica lo aprendido en Jesucristo. Para tener un buen negocio cristiano, debe conocer primero las reglas de Dios:

1. Un punto primordial es el aceptar que usted tan solo administra el negocio de Dios.

2. Las decisiones que tome para su negocio, deben estar basadas en las Escrituras. 

3. No olvide que el objetivo principal de las empresas cristianas es glorificar a Dios.

4. Según señala Larry Burkett, hay cinco funciones para un negocio cristiano:

-Evangelización: La cadena comercial puede ser ganada para Cristo (empleados, proveedores y clientes). El secreto es como se procede, el estilo de vida que se lleva y no solamente el hablar. 
-Discipulado: el dueño(a) del negocio bien puede discipular a aquellos que están bajo su autoridad inmediata (2 Tim. 2:2). 
-Hay formas bastante creativas para proveer fondos para la iglesia y ministerios mediante servicios cristianos. Por ejemplo varios negocios cristianos contratan a una persona para brindar ayuda a los empleados que tienen problemas personales.
-En una empresa cristiana siempre se debe satisfacer las necesidades tanto de empleados como usuarios (clientes) y proveedores. ¿Cómo se logra esto? Pagando salarios justos, pagando su total a tiempo a los proveedores y, así mismo, ofreciendo un producto de calidad a buen precio a sus clientes.
-Muchas personas cristianas creen que solo con fe Dios los bendecirá, siendo que “Dios nos exhorta a pensar y planificar, a ser activos y no pasivos” (Prov. 16:9). 

Si es una persona cristiana y tiene o piensa en iniciar un negocio propio, visite y anúnciese en el directorio cristiano, aquí encontrará todo lo que necesita y dará un paso más para hacer crecer su empresa. 

Dios promete la prosperidad, sabiduría y paz a aquellos que le son fieles; de lo contrario, ¿cuál testimonio daríamos si vamos de fracaso en fracaso tratando de seguir las reglas de Dios? (Prov. 3: 14-15).

No hay comentarios:

Publicar un comentario