La enfermedad Legg Calvé Perthes es una afección de la cadera del niño en la que se produce debilidad progresiva de la cabeza del fémur y que puede provocar una deformidad permanente de la misma.
Lo típico es que afecte a niños (el 80% son varones) entres los 3 y 12 años. La afectación normalmente es unilateral aunque hay un 10% de los casos que puede ser bilateral.
No se sabe la causa de por qué en un momento determinado no llega sangre suficiente a la cabeza de fémur del niño. Cuando esto pasa algunas partes del hueso mueren a este proceso se le llama necrosis, haciéndose más débil y favoreciendo un posible aplastamiento de la cabeza del fémur.
Cuando esto pasa el cuerpo intenta solucionar el problema regenerando el hueso necrosado y, lo reconstruye en 3 ó 4 años. Al final, la nueva cabeza del fémur queda formada por hueso duro con una forma normal o deformada.
No es una enfermedad que se relaciona con golpes o caídas. Se relaciona con la toma de corticoides, obesidad infantil o aparecer en un periodo de crecimiento rápido llamado comunmente como estirón.
Los primeros síntomas de la enfermedad son molestias o dolor en la cadera, a nivel del muslo o rodilla. El niño cojea. Con el paso del tiempo se incrementan las molestias y la movilidad de la cadera se reduce y el muslo se observa más delgado debido a la atrofia muscular.
Si se sospecha que su hijo tiene el síndrome de legg calve perthes se debe realizar una radiografía para confirmar el diagnóstico y ver el grado de afectación.
Durante la fase inicial se deben dar analgésicos para controlar el dolor y aconsejar reposo. Si las molestias son consistentes se debe ingresar al niño en el hospital y colocarle la pierna afectada en tracción o inmovilizarla. Todo ello se hace para no perder la movilidad de la cadera.
En los casos graves se debe recurrir a la cirugía de la cadera.
Las secuelas de esta enfermedad dependen de cómo se haya regenerado la cabeza del fémur y si ha tomado una forma esférica que es la forma normal o plana (anormal). En los casos en los que la cabeza del fémur quede aplanada producirá un desgaste de la articulación que desembocará en una artrosis. En estos casos puede ser necesaria la colocación de una prótesis de cadera.
Normalmente los niños más pequeños evolucionan de una manera más favorable que los niños mayores de 9 años.
Para más información puede contactar a el Doctor Juan Felipe Patrón experto en casos de Ortopedia pediátrica.
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