Se ha descubierto que las actividades extracurriculares son una manera eficaz de proteger a los niños cuando no están en la escuela y de mejorar su rendimiento académico.
Un niño no está acostumbrado a sostener una jornada de adulto, por lo tanto no conviene abusar de éstas.
Lo primero que tiene que tomarse en cuenta es que debe gustarle la actividad, así que comienza preguntándole si tiene interés por alguna de ellas. Es de suma importancia que la opinión del niño sea favorable, de lo contrario al poco tiempo se sentirá desmotivado y querrá abandonarla.
El estrés puede afectar a cualquier persona, incluyendo a los niños. La presión comúnmente proviene de la familia, los amigos o la escuela. Conforme los niños crecen, las presiones académicas y sociales crean estrés, por ejemplo la tarea de encajar.
Las noticias del mundo pueden causar estrés. Los niños que escuchan hablar sobre desastres naturales, guerra y terrorismo pueden preocuparse por su propia seguridad y la de las personas que quieren, al igual que también debe tener en cuenta factores como una enfermedad, la muerte de un ser querido o un divorcio
El participar en actividades extracurriculares se ha asociado con un mayor rendimiento académico, menos problemas de conducta y mayores índices de éxito en la edad adulta.
Algunos niños se sienten interesados por la música, otros en los deportes, etc., así que los padres deben considerar los intereses de sus hijos y sus capacidades individuales a la hora de elegir una actividad extraescolar.
Es importante recordar que dichas actividades se realizan en su tiempo de ocio, por lo que no deben tomarse como una obligación ni una sobrecarga.
Se debe tener siempre presente que las actividades extraescolares deben ser libremente elegidas y su fin principal es distraer del estudio y divertir.
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