Para cuidar de la salud, además de seguir un régimen personal es recomendable invertir parte de los ingresos anuales en un Seguro de Gastos Médicos Mayores (SGMM), pero recuerda que este instrumento debe cubrir las necesidades de protección y no afectar el presupuesto de tu familia.
Actualmente, sólo 5% de las personas cuenta con un Seguro de gastos médicos, de acuerdo con datos del primer trimestre de 2010 de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
La importancia de tener este tipo de protección radica en que frente a un imprevisto como un accidente o enfermedad, un seguro puede constituir un apoyo económico para afrontar dicha situación.
Dependiendo del seguro que se contrate, puede cubrir emergencias que sufra el beneficiario en el extranjero, partos normales o por cesárea, cirugías, rayos x, ultrasonido, estudios de laboratorio, servicios de ambulancia, pediatría y oftalmología, entre otros.
Para que la contratación de este servicio no resulte un dolor de cabeza, ten en cuenta las recomendaciones :
1. Acércate con un agente de seguros: los seguros son herramientas complejas que además implican un contrato, por lo tanto, el papel del agente como asesor es básico.
2. Compara servicios y precios: muchas veces la decisión por un seguro se basa en el precio. Sin embargo, lo ideal es hacer una evaluación profunda de las ventajas y desventajas de cada opción a considerar, para tomar decisiones informadas.
3. Evalúa la cobertura necesaria para tu familia: factores como la prima, la suma asegurada, el nivel hospitalario y la cobertura son la base de tu póliza. Elegir la opción que mejor se adapte a las necesidades de tu familia es fundamental, ya que esto garantiza que obtendrás los mayores beneficios cuando alguno de tus seres queridos tenga que usar el seguro.
4. Considera la cobertura adicional y otros servicios: estos elementos pueden hacer una gran diferencia a la hora de calificar el valor agregado de tu seguro. Servicios como la cobertura dental, por ejemplo, pueden ser factores decisivos que quizá quieras contratar de acuerdo con la edad de tus hijos y el nivel de uso que le des a opciones como esta.
5. Valora la experiencia: no sólo se trata de considerar la publicidad que has visto de la compañía y sus productos, sino también de tomar en cuenta los años que tiene trabajando en el país y sobre todo, que sea una compañía legalmente establecida en México.
6. Verifica que la aseguradora te garantice renovación vitalicia: este punto es fundamental, ya que existen seguros que sólo te aseguran hasta cierta edad sin posibilidad de renovarlo, pero existen otros en donde te aseguran de manera vitalicia independientemente del estado de salud o tu edad, siempre y cuando se encuentre pagada tu póliza.
7. Revisa a fondo la cláusula de preexistencia por antigüedad: cuando hay alguna enfermedad que no se haya declarado por ignorar su preexistencia algunas aseguradoras rechazan el pago de cualquier servicio relacionado con el padecimiento. No obstante, asegúrate de que la compañía que elijas cubra las preexistencias siempre y cuando no haya habido manifestación alguna de síntoma relacionado con la enfermedad en un periodo largo de tiempo.
8. Pregunta por los tiempos de espera y los padecimientos que lo requieren: lo ideal es que los tiempos de espera para atender padecimientos específicos sean los menores. De esta manera, en menos de lo que imaginas podrás gozar de todos los beneficios de tu póliza.
9. Considera los beneficios fiscales: hay productos que ofrecen componentes como descuento o deducción para el pago de impuestos. Consulta con tu asesor si los productos que te interesan cuentan con esta modalidad.
10. Mantén hábitos saludables: el que tu familia y tú tengan un estado de salud envidiable, no sólo puede ayudarte a reducir el riesgo de alguna enfermedad, sino también puede ser un factor clave que influya en la cotización de tu póliza, principalmente en la cobertura para adultos.
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