Generalmente, el tratamiento del pie equino varo tiene muy buenos resultados. Una gran mayoría de los niños que tienen esta deformación y se someten a tratamiento, podrán tener pies que luzcan normales o casi normales en el futuro así como podrán practicar deportes.
El tratamiento consiste en utilizar una serie de yesos que, por lo general, se colocarán las primeras seis semanas de vida; cabe mencionar que el tratamiento puede tener éxito aun cuando se someta después de éste tiempo.
El enyesado corrige la posición del pie hacia adentro, sin embargo, en la mayoría de los niños es necesaria una cirugía de pies menor después del enyesado, esto para que el pie pueda tener movilidad hacia arriba y hacia abajo al nivel del tobillo.
Aproximadamente, cada semana se toma la medida del pie y se coloca un yeso nuevo, con el objetivo de cambiar poco a poco la posición del pie cada semana. El yeso se extiende por toda la pierna, de manera que el niño no pueda deslizarse fuera del yeso ni rotar las piernas dentro del yeso. En promedio, los lactantes con pie equino varo utilizan entre 5 y 6 yesos, aunque hay niños que requieren más de 6 yesos.
Suele ser posible detectar este problema por medio del estudio ecográfico del feto de 20 semanas debido a que esta malformación congénita se produce durante los primeros meses de gestación.
Para un profesional con experiencia es sencillo detectar este problema y diferenciarlo de otras malformaciones congénitas.
El diagnóstico de confirmación es fácil tras el nacimiento ya que se observa con claridad la deformación. Es importante mantener el yeso limpio y seco.
Si observa que su hijo está muy molesto y no puede consolarlo, si tiene cambios en la piel en los bordes del yeso o parece deslizarse fuera del yeso, consulte a su médico de inmediato.
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