Uno de los padecimientos más frecuente en ortopedia pediátrica es la displasia de cadera, que tiene una incidencia de alrededor 1 de 500 recién nacidos vivos. Afecta más a las mujeres en una relación de 1 de cada 6. El término displasia de cadera se define como el retraso en el desarrollo de los elementos que constituyen la articulación de la cadera. Luxación de cadera se define como la pérdida de la relación total entre la superficie articular de la cabeza femoral y la cavidad cotiloidea. Subluxación corresponde a la pérdida parcial de la relación. Se considera a la luxación de cadera y a la subluxación como secuelas de una displasia no diagnosticada.
La etiología de la luxación de cadera no se conoce pero existen varios factores que pueden contribuir a la aparición de este padecimiento ortopédico, como: laxitud ligamentosa, factores genéticos, factores ambientales o factores mecánicos.
Lo importante de esta patología es diagnóstico temprano, el que se hace en el primer mes de la vida. Para poder llegar a este diagnóstico en forma temprana se necesita de personal adecuadamente entrenado y sensibilizado como lo es el pediatra ortopedista. El diagnóstico se puede sospechar en forma clínica por los datos de la historia familiar, posición en el útero y hallazgos en el examen físico que se manifestarán de acuerdo a la edad del paciente.
Las señales clínicas de sospecha pueden ser: limitación de la abducción, asimetría de pliegues. La presencia de alguna de estas señales es sólo un índice de sospecha y se debe confirmar con un estudio por imágenes adecuado, ya sea con una radiografía de pelvis en posición anteroposterior y simétrica, o con una ecografía.
El objetivo del tratamiento es obtener una cadera normal y sana al finalizar el crecimiento. Para poder obtener esto, recordamos lo importante que es el temprano diagnóstico de este padecimiento. Mientras más pequeño es el paciente cuando se inicie el tratamiento, mayor es la posibilidad de obtener buenos resultados. Cuando se tiene el diagnóstico de luxación de cadera, se debe iniciar el tratamiento con algún método ortopédico.
En niños mayores de un año, el tratamiento debe ser la reposición en forma quirúrgica de la cabeza femoral en el acetábulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario