martes, 11 de marzo de 2014

Padecimientos ortopédicos en los pies de los niños

Los pies de los niños no terminan de desarrollarse hasta llegan su etapa adulta. Tienen una gran flexibilidad porque sus articulaciones y ligamentos aun no han terminado de formarse. Por eso, necesitan de nuestra atención para asegurarnos de que están creciendo adecuadamente. Aunque algunas anomalías son habituales a su edad, otras requieren tratamiento, por lo que es importante acudir a un ortopedista pediátrico si notamos algo llamativo.

Es importante cuidar y observar los primeros pasos de nuestros hijos y así estar atentos ante cualquier anomalía. Hay que prestar especial atención si alguno de los padres ha tenido o tiene algún problema en los pies. Existe cierta predisposición a que un niño con antecedentes familiares de, por ejemplo, el pie plano en niños.

Problemas ortopédicos de nacimiento en niños
Es el defecto más frecuente. El recién nacido no tiene arcos de los pies. Se denomina pie plano flexible infantil y es fisiológico hasta los tres años (desaparece solo). Aun en el caso de que no se corrija del todo, no causa demasiadas molestias, aunque a veces provoca cansancio al caminar o dolor en la planta del pie.
El tratamiento es bastante controvertido para algunos especialistas, el uso de plantillas y zapatos ortopédicos ayuda a aliviar las molestias en el caso de que no se corrija, pero lo cierto es que no se ha demostrado que sean del todo efectivos. Lo más recomendable es hacer ejercicios específicos con el pie, siguiendo las indicaciones del especialista en ortopedia pediátrica. Hay que procurar que el niño camine por terrenos irregulares y blandos, ideales para el fortalecimiento de la musculatura de la planta del pie. Existe otro tipo de pie plano congénito, denominado rígido. Sus características hacen que se detecte nada más nacer, y debe corregirse de inmediato con yesos, férulas y, si es necesario, cirugía de pies.
  • Pie equino varo
El pie está curvado hacia dentro y hacia abajo y permanece rígido. Se denomina también pie zambo. Es más frecuente en niños que en niñas y puede afectar a uno o a los dos pies.
Se suele corregir con cirugía, se realiza con anestesia general y el niño debe permanecer internado varios días. El método Ponseti, es un tratamiento no agresivo basado en manipulaciones, yesos y férulas ortopédicas.
Evita la cirugía casi siempre y permite corregir la posición inicial de los pies en unos dos meses. Después, el pequeño deberá usar botas ortopédicas.
  • Pie aducto
La mitad anterior del pie apunta hacia dentro. Es una malformación de origen congénito, por una mala posición en el útero, es leve, puede no detectarse hasta que empieza a caminar el niño.
Normalmente se endereza solo el tratamiento depende del grado del problema puede ir desde el control de la postura al uso de calzado especial, correctores nocturnos o cirugía.
  • Pie talo
Se produce cuando la punta del pie apunta hacia arriba.
En los casos en los que responde a un defecto de la postura en el útero, suele desaparecer sin tratamiento o con ayuda de masajes específicos. Si se debe a una deformidad estructural, el pie suele estar más rígido y ha de enderezarse con férulas de yeso o prótesis.

  • Pie cavo
Consiste en un aumento del arco plantar. Pese a no tener repercusiones graves, puede llegar a ser muy molesto y producir dolor en las zonas de apoyo. Una buena manera de detectarlo es observar si el niño se desgasta con demasiada rapidez sus zapatitos por los lados.
Lo mejor es llevarla con un ortopedista pediatra y vigilar el estado del calzado de nuestro hijo, que debe ser sin cordones. Es probable que los zapatos le causen dolor en los empeines. Si la malformación es muy acusada se puede operar antes de los once años, edad en la que el pie comienza a adquirir la consistencia del de un adulto.
  • Pie varo
El niño pisa apoyándose en la parte externa del pie: el talón queda hacia dentro y el tobillo hacia fuera. Generalmente aparece asociado al pie cavo. Su origen puede deberse a una mala postura en el útero o a alguna enfermedad neurológica hereditaria.
Exige tratamiento ortopédico, pero la corrección es más lenta y requiere un seguimiento más exhaustivo a base de controles hasta que el niño cumple los 8 ó 9 años.
  • Pie equino
Prácticamente solo se apoya en las puntas de los pies y no llega a asentar el talón en el suelo. Es un problema poco habitual. No debemos confundirlo con la tendencia transitoria de algunos niños de andar de puntillas.
Si el niño puede flexionar los pies hacia la planta y el dorso y tiene movilidad completa, no hay razones para preocuparse. Los niños con pie equino se caen mucho y suelen desgastar las puntas de los zapatos. Se trata con ortopedia, yesos correctores y, si hiciera falta, con cirugía de pies.
  • Pie valgo
El pequeño apoya los pies sobre los laterales internos y el talón queda hacia fuera y el tobillo hacia dentro. Se encuentra asociado al pie plano.
No necesita tratamiento, ya que este defecto suele desaparecer hacia los tres años. Casi todos los niños tienen los pies un poco valgos cuando dan sus primeros pasos, por cómo colocan las piernas, pero con el tiempo la postura se corrige.

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