miércoles, 2 de octubre de 2013

Tipos de fracturas en niños

Las características del hueso en los niños hace que las fracturas tengan unos patrones característicos y bien diferenciados de los adultos.

Los huesos de los niños presentan una deformación plástica, son muy elásticos y se rompen de la misma manera que se rompería un tallo verde, de forma incompleta a diferencia de una rama seca, que se rompería completamente. Este tipo de fractura es típica de los huesos largos como la tibia, el peroné o el radio.

Los niños también presentan fracturas por aplastamiento de las metáfisis, por avulsión o arrancamiento de las inserciones tendinosas, fracturas subperiósticas. Cualquier niño también puede presentar patrones de fractura típicos de los adultos pero no al contrario.

Clasificación de las fracturas en niños

Tienen patrones muy característicos y bien diferenciados de los adultos. Dependiendo de sus características, las fracturas en niños se clasifican en:

Fractura de Torus (del latín cordón). También se conoce como “fractura de toro”, “fractura en rodete” o “caña de bambú”: La capa superior del hueso es comprimida, causando que el otro lado se doble hacia afuera del cartílago de crecimiento. Es una fractura estable y no hay desplazamiento de los huesos.

Fractura en tallo verde: recibe ese nombre porque el trazo de la fractura es similar al producido cuando se intenta romper un tallo verde. No se quiebra completamente sino que se produce una inflexión del hueso desde sus extremos.

Fractura del cartílago de crecimiento: se produce en las placas epifisarias, placas compuestas cartílago cerca de los extremos de los huesos, y puede tener repercusión en el crecimiento de ese hueso.

Fractura metafisaria: la fractura cruza la porción superior o inferior del cuerpo del hueso y no afecta al cartílago de crecimiento.

Fracturas más frecuentes en niños

Fractura de antebrazo y codo: son las más frecuentes en la infancia por caídas sobre la mano.

Fractura de tobillo y tibia: puede presentarse al torcerse o doblarse el pie hacia arriba. Frecuentemente ocurren como consecuencia de una caída, un golpe, un accidente o la práctica de algún deporte.

Fractura de húmero: puede producirse en recién nacidos por un parto dificultoso. También la pueden presentar niños mayores por un golpe muy fuerte.

Fractura de clavícula: puede producirse durante el parto, especialmente en niños de gran tamaño o partos difíciles. Se resuelven sin secuelas. También se puede dar en los niños mayores por un golpe fuerte en el hombro.

Fracturas fisarias: se fractura el cartílago de crecimiento y pueden tener repercusión en el crecimiento de ese hueso.

Tratamiento de las fracturas en los niños

Las fracturas en huesos de un niño comienzan a soldar mucho más rápido que los huesos de un adulto. Por tanto, si se sospecha que el niño puede haber sufrido una fractura porque hay dolor o hinchazón, es importante que reciba atención médica de forma inmediata. Así los huesos se podrán fijar para que empiecen a soldar adecuadamente.

Cuando hay sospecha de fractura se debe inmovilizar la extremidad del niño hasta llegar al centro de asistencia.

Cada fractura tiene su tratamiento específico, dependiendo además de la edad del niño, pero en términos globales, el objetivo es conseguir la consolidación del hueso de forma rápida y efectiva, evitar los desplazamientos y evitar la aparición de complicaciones.

Las fracturas leves sólo requieren de una férula o yeso durante 3 o 4 semanas hasta que suelden.

Las fracturas más severas pueden requerir que el médico tenga que manipular los huesos para alinearlos debidamente y pueden necesitar inmovilización durante más tiempo.

La cirugía en caso de fractura en los niños está indicada cuando hay desplazamientos, cuando los huesos no pueden alinearse de forma manual, cuando los huesos se han fracturado pasando a través de la piel o cuando han comenzado a soldarse en una posición incorrecta.

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