En la actualidad, el alcohol y las drogas están vinculados a la cultura del ocio. La adolescencia se convierte en un período que favorece la experimentación y diversión con estas sustancias. Los adolescentes, en ocasiones, se creen invulnerables, que pueden ir por encima de las reglas sin tener ninguna consecuencia y pueden tener la percepción de que probar sustancias nuevas les proporcionará falta de control, diversión y ausencia de problemas.
Los proyectos para prevenir el uso de drogas y alcohol tienen una importancia fundamental en la sociedad, son un agente clave en la prevención integral de la violencia, ya que en ella se adquieren y desarrollan los comportamientos, creencias, actitudes y valores que la persona desarrollará a lo largo de su vida. Esto implica la necesidad de desarrollar los proyectos para prevenir el uso de drogas y alcohol y que motiven a las familias a asumir un papel activo y responsable y, a la vez, ofrezca instrumento de apoyo que facilite su labor preventiva.
Es conveniente recordar que una droga es toda sustancia natural o artificial que introducida por cualquier medio en nuestro organismo puede producir alteraciones a nuestro cuerpo, mente y percepción de la realidad. Además, puede generar en la persona que la consume la necesidad de seguir consumiéndola.
El uso de drogas y alcohol puede responder a los siguientes patrones:
• Uso: Consumo que no produce consecuencias negativas en el individuo porque no las utiliza habitualmente o las cantidades ingeridas son mínimas.
• Hábito: Consumo repetido que, aunque no implica el incremento de la dosis, sí puede conducir a la dependencia.
• Abuso: Uso excesivo o inapropiado de una sustancia.
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