Los factores donde la criminalidad se desarrolla de manera organizada, son en las culturas existe el pandillerismo las cuales están integradas por jóvenes, los cuales en ocasiones se les presiona para que comentan robos, desmanes y otros delitos, iniciándose en un camino que culmina en los actos de un adulto criminal; aquí es donde la atención viene a crear una subcultura de conflicto permanente, creando un estereotipo de la criminalidad juvenil.
Cuando se trata de combatir los focos de delincuencia, los programas de prevención social de la delincuencia no sólo tienen que estar dirigidos a detener jóvenes socialmente por su supuesta peligrosidad. Se necesitan también propuestas que los ayude a insertarlos en la sociedad como ciudadanos normales.
También podemos buscar ideas que les impida fomentar o hacer nidos de delincuencia, como el programa nacional de jóvenes en prevención, que permite orientar el diseño e implementación de proyectos y acciones enfocados a incidir en procesos sociales y factores de riesgo asociados a la violencia.
El importante que siempre tengan distracciones para ayudar a prevenir el uso de drogas y alcohol.
No podemos descuidar el rol de padres, que es clave para que siempre puedan tener un consejo oportuno, el apoyo en la crisis y sobre todo cariño, para que no pierdan su condición de hijos y que necesitan ayuda. Es importante trabajar en la prevención integral de la violencia y no por reacción, cuando ya está todo consumado. Si actuamos a tiempo, podemos cambiar esta tendencia de ver cada vez a más menores de edad detenidos y llenos de problemas.
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