jueves, 7 de noviembre de 2013

Tipos de tratamiento para el pie plano en niños

Los tratamientos para pie plano pueden diferenciarse tres formas fundamentales:

Tratamiento profiláctico

Muchos pies en los niños únicamente necesitan un calzado apropiado, y dentro de este tratamiento cabe considerar aquellos que se han designado como grado I. El calzado para pie plano en niños debe controlar la tendencia al valgo de retropié. En estos niños están formalmente contraindicadas las zapatillas que no controlen el talón así como los zapatos extremadamente rígidos que atrofian la musculatura del pie.
Siempre se aconseja el control del peso corporal y se recomiendan los ejercicios que fortalecen al niño y facilitan su desarrollo muscular.


Tratamiento conservador (principios generales)

Es muy importante tener en cuenta que el tratamiento conservador, cualquiera que sea su modalidad, pretende devolver al pie su anatomía normal. Si las deformidades del pie plano son rígidas, estables e inmodificables manualmente, ningún tratamiento conservador podrá devolver al pie su aspecto anatómico normal. En el pie plano secundario a diversas enfermedades o en el congénito, con astrágalo verticalizado, las deformidades son resistentes a toda corrección manual o a la ejercida con ejercicios, plantillas o calzado. En estos casos el tratamiento conservador, si está indicado, tratará de aliviar las molestias, el dolor, facilitará las fases de la marcha, etc., pero no modificará las alteraciones anatómicas, lo que únicamente podría tratarse recurriendo a la cirugía de pies. Por lo tanto, es requisito indispensable para el tratamiento conservador con ejercicios, calzado, plantillas, etc., que el pie sea flexible, corregible manualmente, de tal manera que la anatomía osteoarticular se adapte a la acción correctora del tratamiento.

Tratamiento conservador ejercicios

Los ejercicios pretenden reforzar la musculatura supinadora del pie plano (tibial posterior principalmente), corregir defectos postulares que interfieren en la marcha y elongar el tríceps sural (aumentar la flexión dorsal del pie). En teoría los ejercicios deben indicarse en niños menores con escasa potencia muscular de los inversores del pie. Los ejercicios más faciles para esto suele ser caminar apoyando el pie sobre el borde externo. Sin embargo el ejercicio más útil es la elongación pasiva del tríceps sural (cuando su acortamiento mantiene el pie plano). De esta manera se consigue indirectamente aumentar la flexión dorsal real del pie. Al elongar el tríceps corregimos el valgo del calcáneo. Los ejercicios son tratamientos activos (realizados por el mismo paciente), que deben mantenerse mientras persista la hipermovilidad natural del pie del niño pequeño. Cuando se haya desarrollado una estructura rígida en el pie con la edad, el arco o bóveda plantar alcanzará un desarrollo y estabilidad aceptable. En el adulto con pie plano doloroso, los ejercicios activan la circulación y contribuyen a vencer el espasmo muscular aliviando el dolor.

Tratamiento conservador yesos


Su indicación es muy limitada. Se usan yesos correctores en niños muy pequeños y en edades anteriores a la marcha cuando existe una clara alteración de los ejes radiológicos del pie desde el nacimiento Ocasionalmente en niños mayores con pies planos muy laxos se indica el uso de yesos que moldean la bóveda plantar. Su efecto y modo de acción es enteramente semejante a las plantillas rígidas. Este tipo de tratamiento está reservado para el médico especialista.

Tratamiento quirurgico

Por regla general es un tratamiento excepcional. Rara vez se interviene un pie plano antes de los 9 0 10 años de edad. Las intervenciones pueden ser sobre:
  • partes blandas
  • transferencias tendinosas
  • intervenciones óseas
  • osteotomías
  • artrodesis
Tratamiento Conservador calzado

En muchos países y en ciertas tendencias o escuelas terapéuticas se utiliza preferentemente el calzado como elemento corrector del pie plano. Existe un calzado especialmente diseñado para cada grado o tipo de pie plano laxo. En los grados I y II, se utiliza un calzado de horma recta al que se agrega, en el segundo caso, una cuña supinadora en el tacón para controlar más efectivamente el valgo de retropié. En los grados más avanzados, pie plano III y IV , las hormas se modifican de tal manera que el calzado controle no sólo el retropié sino también el medio y antepié presente en estos casos. Estas hormas inversoras o "aproximadoras" realizan un acercamiento del primer radio (1º metatarso) hacia el calcáneo de tal manera que al acercarse ambos puntos, automáticamente se produce una elevación de la bóveda plantar en la articulación astrágalo escafoidea. Al calzado corrector debe exigírsele una horma adecuada y experimentada, excelente contrafuerte que no pierda su consistencia con el uso y una construcción que permita, junto a la fortaleza del talón, una adecuada flexibilidad en la planta. Así mismo debe existir una gran diversidad de tallas y modelos para adaptar el calzado conveniente y necesario.

Tratamiento conservador con plantillas

Otro tratamiento conservador consiste en el uso de plantillas ortopédicas que se introducen en el calzado y que tienen la forma adecuada para el pie, en carga, reproduzca la anatomía normal, fundamentalmente por la elevación de la bóveda plantar mediante una prominencia convexa o "arco" que tiene su punto más alto a nivel de la articulación astrágalo-escafoidea. En la práctica su uso se ha extendido tanto que incluso en los casos de grado I se utilizan con carácter profiláctico o preventivo. Sus ventajas con respecto al calzado corrector son que permiten la construcción específica para cada paciente y la ventaja comercial de que puede adaptarse a diferentes calzados. Sin embargo, la incorporación del arco, exige que su confección sea individual para cada paciente y, por otra parte, requiere de un calzado que debe reunir unas características especiales para el alojamiento de la plantilla, aparte de las ya señaladas de contrafuertes indeformables, fortaleza del talón y adecuada flexibilidad. La principal objeción que se hace al tratamiento con plantillas es precisamente su carácter de tratamiento pasivo que por lo tanto conlleva una necesaria atrofia de los músculos por desuso, a diferencia del calzado corrector cuya acción es más dinámica o funcional. La atrofia muscular por el uso continuado de plantillas obligará en muchos casos a su uso continuado. En los adultos, las plantillas persiguen descargar los puntos o zonas dolorosas el pie. El tratamiento es tan solo paliativo y sintomático: calmar el dolor o la sensación de cansancio

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