El propósito de la Seguridad Ciudadana es el de garantizar la vida de las personas, para el libre ejercicio de sus derechos inherentes como persona humana y de esta manera se puedan desarrollar dentro de un marco de legalidad, bienestar, libertad y paz social.
La seguridad ciudadana son acciones integrales, multinivel, multisectoriales preventivas y de reinserción social encaminadas a reducir la violencia, iniciadas por el Estado con la participación de la sociedad que están destinadas a reducir la delincuencia y la violencia. Se desarrollan a partir del ámbito local.
La seguridad ciudadana es considerada hoy en día como una condición clave para propiciar el clima de confianza necesario al desenvolvimiento de las actividades sociales y económicas que posibilitan el desarrollo económico y social sostenido.
En otras palabras, si una sociedad permite que la violencia, la criminalidad y la corrupción de los poderes públicos llamados a garantizar el orden social avancen hasta lo que pareciera ser un punto sin retorno, se perjudica irremediablemente el potencial de desarrollo económico y social de dicha sociedad, pues además de los costos en pérdidas de vidas humanas, lesiones a la integridad física de las personas y daños a la propiedad privada y pública, también se destruye el capital social que garantiza la acción en común orientada al logro de una vida mejor.
Por eso la seguridad ciudadana se describe como una situación política y social en la cual las personas tienen garantizado el pleno disfrute de sus derechos, por lo que existen mecanismos institucionales eficientes para prevenir y controlar los peligros, coerciones ilegítimas ya bien sea por parte de los aparatos públicos o por particulares o violencia física o psicológica que pudiesen violar dichos derechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario